Nuestro perro, además de una magnífica compañía, puede ser un gran estímulo para el ejercicio físico. Estamos dispuestos a gastar dinero en un gimnasio y sin embargo, existen otras formas de hacer ejercicio, incluso gratis, que nos permiten disfrutar de la compañía de nuestra mascota y de la naturaleza. Además fomentarás la conexión con tu perro, te obligarás a ti mismo a mantener la forma física y contribuirás a que tu mascota esté en forma. Al igual que los humanos, una buena alimentación y ejercicio en su justa medida, le aportarán salud.
Como ves, los beneficios son múltiples. Aunque vas a jugar con él y realizareis actividades juntos, su carácter deportivo tiende a cero, así que tenéis que aprender a hacer ejercicio juntos, y por tanto, deberás dedicarle un tiempo para enseñarle y entrenarle.
Antes de lanzarte y para elegir el ejercicio más adecuado para ti y tu perro, debes valorar los siguientes puntos:
Edad: evita correr con un cachorro, aunque entre los 6 meses y 1 año, el perro está preparado para realizar ejercicio. Puedes entrenarlo poco a poco con pequeños paseos. Pero el exceso de ejercicio y grandes carreras, pueden causarle daño en sus articulaciones, huesos y músculos. Consulta con tu veterinario quien puede indicarte cuándo es el momento oportuno.
Tamaño: este es un factor muy importante para determinar el tipo de ejercicio que tu mascota puede realizar.
Condiciones físicas: es muy importante tener en cuenta los factores fisiológicos de tu perro. Para los perros «chatos» como los bulldogs o carlinos, así como los de patas cortas, es mejor caminar que correr. Los perros propensos a la displasia de cadera, tampoco son candidatos para un ejercicio físico fuerte. Los perros de pelo largo se agobiarán antes. Los perros muy pequeños y muy grandes tendrán problemas de resistencia.
El entrenamiento debe ser gradual. Debes recordar que al principio, tu perro intentará alejarse de ti, oler cosas nuevas, tirar demasiado, etc. Ten paciencia. Tiene que aprender.
Si decides correr con tu perro, vas a necesitar una correa y un arnés. La idea es que tu perro vaya atado a tu cintura. Olvídate de las correas extensibles. Se trata de que vaya a tu lado, al ritmo que tu marques.
Elige muy bien el lugar donde pasear o correr con tu perro. El asfalto puede estar muy caliente y las piedras pueden hacerle daño. Si vas a correr, los parques y las pistas limpias, pueden ser la mejor opción.
Evita la franja horaria de calor, ya que tanto tu perro como tú podéis tener problemas. Lo ideal es establecer una rutina de lugares y horarios.
No te olvides del agua, por supuesto, para los dos!!!!! Recuerda que tu perro suda por la boca y se deshidrata antes.
¿Te apuntas a correr con tu perro? y tú ¿prefieres caminar?